¡Hola otra vez!
Aquí os dejo una actividad en la que tendréis que encontrar y corregir las faltas de ortografía del siguiente texto. ¡Hay 10! ¡Mucha suerte!
Un labrador tenía un hijo tan pequeño como el dedo pulgar.
Nunca creció, y en muchos años su estatura no aumentó nada.
Un día en que su padre iba a travajar el campo, le dijo el
pequeño:
-Papá, quiero ir contigo.
-¿Benir conmigo? –dijo el padre-; ¡quédate ahí! Fuera de
casa no servirías más que para incomodar; y además podrías perderte.
Pero el pequeño se echó a llorar y, por no escucharlo más,
su padre lo metió en el volsillo y lo llebó consigo. En cuanto llegó a la zona
que iba a harar, lo sentó en un surco recién habierto.
Estando allí apareció un jigante muy grande que venía del
otro lado de las montañas:
-Mira, el coco –dijo su padre, que quería asustar a su
pequeño-; biene a cogerte.
Pero el gigante, que había oído esto, llegó en dos pasos al
surco, cogió al enano y se lo llevó sin decir nada. El padre no tubo fuerzas ni
para gritar. Creyó perdido a su hijo y no esperó volver a verlo más.
El gigante se lo llebó a su casa y lo crió por sí mismo, y
el enanito sorprendentemente creció y llegó a ser parecido a un gigante.
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